
El tener una alimentación adecuada ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles y mantener un adecuado estado de nutrición. La Organización Mundial de la Salud (OMS)(1) considera una dieta sana aquella que es variada, para garantizar tener una amplia gama de nutrimentos esenciales, que considere frutas y verduras (al menos 5 porciones al día) y preferentemente de temporada; granos enteros, que son ricos en fibra y nutrientes; respecto a las proteínas, se recomienda el considerar carnes magras (con poca o nula grasa), pescado, pollo sin piel, lácteos bajos en grasa; para cubrir los requerimientos de grasa es recomendable optar por las grasas insaturadas como el aguacate, las nueces, almendras, procurar consumir alimentos que contengan ácidos grasos poliinsaturados (omega 3 y omega 6) que podemos encontrar en pescados como el arenque y el salmón, en semillas como la chía y lino; también es importante reducir el consumo de azúcares libres.