
La globalización en la producción y comercialización de alimentos ha desafiado la seguridad alimentaria en materia de inocuidad y calidad de los productos, exigiendo la implementación de medidas sanitarias y fitosanitarias (estas últimas, sustancias plaguicidas), y nuevas estrategias de vigilancia en la industria alimentaria, que permiten identificar y retirar alimentos importados o exportados que puedan presentar un riesgo potencialmente importante o grave para la salud pública. Históricamente, la regulación de alimentos se ha realizado desde finales del siglo XVIII con el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la Revolución
Industrial, propiciando la aprobación de leyes por parte de los Estados que prohíben la impureza de los alimentos.