
Se ha considerado a la lactancia materna como un acto natural; sin embargo, es un comportamiento aprendido y no una conducta totalmente instintiva. La leche materna es el alimento ideal para los recién nacidos y los lactantes, ya que les aporta todos los nutrimentos que necesitan para un desarrollo sano, libre de bacterias o sustancias dañinas y contiene anticuerpos que son células (inmunoglobulinas, linfocitos, macrófagos y lactoferrina) que ayudan a proteger a los recién nacidos durante su primer año de vida y en etapas posteriores, de enfermedades frecuentes de la infancia como la diarrea y la neumonía.