
A pesar de que los microorganismos ya habían sido observados gracias a las lentes fabricadas por Anton Van Leeuwenhoek, fue hasta el siglo XIX que gracias a grandes investigadores como Joseph Lister, Luois Pasteur, Robert Koch e Ignaz Semmelweis, que se pudo asociar a las bacterias con el desarrollo de la enfermedad (infecciones). Estos descubrimientos representaron un parteaguas para la labor del personal de la salud, se había develado la causa directa de las infecciones y con ello, se podía iniciar la formulación de intervenciones y tratamientos que pudieran curar al enfermo. Esta labor fue titánica, y de hecho, representa el inicio de la medicina moderna.