
Es casi imposible negarse a degustar uno de los alimentos que la naturaleza nos ofrece, ya sea solas o con crema, en mermeladas, paletas, cubiertas con chocolate o para adornar postres o ensaladas; las fresas son simplemente deliciosas. Pertenecientes a la familia de las rosáceas es una fruta muy apetecida. La fresa que todos conocemos es originaria de Europa (a principios del siglo XVIII) y nació del cruce experimental de dos especies de fresa; Fragaria virginiana del Este de Norteamérica, notable por su fino sabor, y Fragaria chiloensis de la costa pacífica del continente americano, conocida por su gran tamaño (figura 1).
La fresa es una de las fuentes naturales más ricas en compuestos antioxidantes como: la vitamina C, el β-caroteno y los compuestos fenólicos (fenoles, flavonoides, ácidos fenólicos, lignanos, y taninos).