
Apartir de marzo de 2013, se informaron infecciones humanas por un nuevo virus de influenza A (H7N9) en Shanghái, China. Desde que se conocieron los primeros casos, fue notoria la agresividad del virus, que daba muestras de su alta patogenicidad en humanos. Para el humano, esta patogenicidad se encuentra, digamos, a medio camino entra la del virus A (H1N1) pandémico 2009 y la del virus A
(H5N1) aviar. Después de tan sólo un mes, se habían ya diagnosticado alrededor de 100 casos, con 21 muertes, principalmente en personas de edad avanzada, y el brote se había extendido a otras provincias chinas. Dicha expansión debe compararse con la de los virus de influenza A H5N1, de los cuales había ya alarma pero se han diagnosticado alrededor de 600 en una década.
Por ello, este nuevo virus (H7N9) se considera con mayor potencial para causar una pandemia humana. Sin embargo, se desconoce si este virus en realidad causará una pandemia. Todos los virus de influenza animal que desarrollan la capacidad de infectar a las personas podrían llevar un riesgo de causar una pandemia, pero hay otros virus de influenza animal que han causado infecciones en las personas, y no han llegado a causar una pandemia.