
En México el tema de seguridad alimentaria tomó importancia después de la crisis mundial financiera y alimentaria en 2008, que incluyó una brusca caída del producto interno bruto (PIB) por lo que se observó un aumento rápido en la pobreza alimentaria de México, la cual pasó del 13.8% de la población en 2010 al 18.8% en 2012. Al igual que el problema con el PIB, los índices de carencia alimentaria aumentaron del 21.7% al 24.9% de la población entre 2008 y 2010.