
México es el mayor consumidor de productos ultraprocesados en América Latina y el cuarto a nivel mundial (1). El consumo de estos productos contribuye a la epidemia de obesidad y enfermedades crónicas, enfermedades responsables de las principales causas de muerte en nuestro país (2).
Como parte de una política integral del combate a la obesidad y la diabetes, expertos internacionales recomiendan implementar un etiquetado frontal en alimentos y bebidas, fácil de entender. Sin embargo, contar con este tipo de etiquetado en nuestro país llevó muchos años y una serie de enfrentamientos con la industria alimentaria. Por tanto, el objetivo de este artículo es describir la participación de la sociedad civil en el proceso legal, legislativo y ejecutivo para lograr un etiquetado claro en México.