Los Ácidos Grasos Trans (AGT) de origen industrial, generados por la hidrogenación parcial de aceites para mejorar su estabilidad u optar como se creía en su momento, de grasas vegetales, resultaron ser más perjudiciales, representando a la fecha un riesgo significativo para la salud pública, en especial la cardiovascular, contribuyendo a su mayor prevalencia. . Estas grasas inducen estrés oxidativo, inflamación, apoptosis celular y una disfunción endotelial, mecanismo que promueve la aterosclerosis y con ello el riesgo de enfermedad coronaria; motivo por el que la actual regulación internacional y nacional establece que para reducir de manera significativa los efectos nocivos a la salud del consumo de grasas trans, se recomienda eliminar totalmente los aceites parcialmente hidrogenados y limitar su presencia a menos de 2% del total de grasas en productos procesados. Motivo por el que el propósito de este artículo es continuar revisando las acciones para proteger la salud cardiovascular de estas grasas que actualmente están en todos los alimentos procesados y en población cada día más joven incluyendo la infancia.